jueves, 23 de junio de 2016

Rodriguez 965

Cholga escencial que me embiste la ñata.
Gringo desaseado abalanzado por las marujas asalariadas que con supino ademan invitan a deglutir el efímero puerto extraviado del tour agenciado.
giro la cabeza y me saluda la Juana, regenta absoluta de el puesto de los quesos, lujuriosa mercader con la cual una noche en la Vida restobar me beso con gruyere y exploté de philadelphia en las verijas.
Entre pompones marketeros y las sustancias que vendían a la salida de Rodriguez me detuve obnubilado, reflexionando lo que metafisicamente implicaba levantar por una gamba esa diuca autóctona de alerce, ese pinin barnizado que pendulaba el transitar de la imagen pais que querían dar.

Hoy indemne, ni la Juana ni el indio alcanzaran el carbón de aquel oneroso seguro a cobrar, y con certeza la próxima vez seré ese, tu indio pícaro, universitario y bacilón labraré la demanda indemnizatoria en mis sueños hedonistas, con peluches de machis y otros insultos a mi pueblo vencido, mas intacto.